Estamos parados, cumpliendo el ritual de ¨hacer fila¨ a unos metros de la entrada del lugar donde aquella tarde tocaran las bandas locales, estamos eufóricos, llenos de energía y esperando algo, el concierto lo organizo una de las estaciones locales en pocos días, a pasado algo en uno de los municipios de la costa o de algún lugar y la entrada al concierto es a cambio de víveres, ya saben atún, arroz, frijoles, azúcar, café, agua, en fin entre los amigos del barrio y yo parecemos una pequeña abarrotera, pero una abarrotera con permiso de ¨venta de bebidas alcohólicas¨, porque mientras esperábamos, degustamos unas ricas cervezas en bolsa, eso si, cada bolsa con dos popotes para evitar joterías.
La tarde se comienza a ir y las ganas de entrar al baño ya se hace presente, así que mas de alguno busca el auto adecuado para dejar un recuerdo de esa noche; por fin la fila se mueve, todos nos movemos como una gran ola de greñas largas y humo de distintos aromas, ya casi estamos en la entrada vemos esas grandes puertas abiertas de par en par, es como entrar en el caos del universo, como si el BIG-BANG ocurriera frente a tus ojos, dejamos en una mesa nuestra despensa y corrimos como locos o mejor dicho corrimos de la única forma que sabíamos hacerlo, las luces se apagan salen unos tipos, nos dicen algo, les decimos algo y la música comienza a fluir, brincamos, gritamos, cantamos, sudamos todos juntos, no hay por que preocuparse, la música fluye, las ideas retiemblan en el cerebro y por fin llega la ultima canción, después de algunas mentadas de madre nos damos cuenta que los músicos ya no regresaran, el concierto por mucho valió mas que un kilo de arroz, pienso que regresare pronto a ver esas bandas por que ¨valen la pena ¨, por fin los del barrio nos encontramos, hay que hacer una descarga de fluidos antes de emprender la marcha y los baños están llenos pero la calle es de todos, estoy seguro que regresaremos y todo estará donde mismo, las bandas, la tienda de la esquina, los autos, las puertas.
No hay celulares inteligentes para tomarnos una ¨selfi¨nadie saca su cel para subir a FB como le fue esa noche, no hay a donde mas ir ($$$$ = 0), así que con la euforia que aún nos queda emprendemos camino al barrio, no hay nada que temer, la Perla siempre esta dispuesta a cuidar de su gente y el ROXY siempre estará para nosotros y para esas bandas clandestinas que luchan por llegar a ser Algo....
Con los años me doy cuenta de lo equivocado que estuve, que nada ni siquiera el ROXY logro ser para siempre, aquél lugar que dio cabida a tantos proyectos, hoy se pudre junto con miles de historias que en él sucedieron y de paso se pudre con muchas bandas que en aquel tiempo daban vida a la escena del rock en la ciudad. Hoy me atrevo a decir que son muy pocas bandas que sobrevivieron a esa época y que son muchas menos las bandas que la ¨chavisa¨ conoce de aquellos días.
Las bandas que lucharon en aquellos años por salir de la clandestinidad no son las mismas que luchan hoy en día por salir del cuarto oscuro y mostrarse ante la multitud, quizá poco hemos cambiado, seguimos modas, seguimos al pastor del rebaño, pero en una de esas, hay suficiente hambre de rock y quizá este sea el momento adecuado de atentar contra el estatus quo y darle vuelta a la página, quizá sea momento de salir de la clandestinidad y que la perla vuelva a brincar, a sudar, quizá es momento de que las bandas de México y demás partes del mundo se den cuenta de que el Rock en la Perla nunca murió, si no que sigue de pie, con músicos mas preparados y con una carga emocional fuerte, quizá el resurgimiento del Rock en la ciudad este ya en marcha; en lo personal eso espero, la ciudad necesita de sus músicos, la ciudad necesita del Rock.
P.D.
Compadre si como le digo.
a mi nomas me ven las viejas jalan.
pos si a mi de chiquito.
me prestaban para niño dios.
ATTE.
Los Garigoles: Canción el Padrote.